Cada cierto tiempo un pensamiento único asolaba la tierra y la humanidad, cambiando la historia al seguir contando la misma y reescribiéndola a su antojo.
Y ya contaban con que cada vez más
diversos pensamientos y datos ajenos
al discurso global nutrieran, inspiraran, clarificaran, rompieran su hechizo sin memoria.
Y ante eso sólo les cupo interceptar, borrar
la memoria del origen, acallar, replegar, velar, reprogramar, censurar, controlar a quienes abrieran la boca, mirada, mente...
Y un día un 1% vencieron al miedo de la propaganda. Y abrieron el corazón
al diálogo y unidad, no miraron atrás
ni destruyeron lo que se hundía. Crearon.
Y sus ojos se abrieron
Y sus manos acariciaron
Y sus brazos abrazaron
Y sus labios besaron
Y sus olfatos recordaron
Y sus fibras se desplegaron.
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