Estas fechas, lo repito cada año con Navidad, Pascua, los Santos son algo más que una moda exportada o sincretizada, globalizadora, uniformadora, disfrazadora... Más allá del juego, de calabazas y truco o trato y oscuridad gore para distraernos, son días para ir más allá, al origen real de las celebraciones de cada país. Ese rico pasado druida y celta de parte de Europa.
Las élites suman para densificar, borrarlo, uniformar, ganar poder y expandir su radio
de acción social y económico para su beneficio a costa del olvido de la cultura de tu nación y lo que te hace único.
Celebra este ciclo para honrar el cambio, la tierra, el origen, recordar ancestros... Re-conecta ese equilibrio entre luz y oscuridad. Saber de dónde vienes, de ese espacio para festejar de tu territorio, limites, fronteras que permiten individuizarte. Para llegar con sabiduría y libertad a donde vas. Saber que la vida y la muerte son fronteras sagradas sólo separadas por el olvido de nuestra naturaleza humana y divina. Son tiempos para re-unirse y compartir frutos y que el amor, respeto y gratitud y ser luz en la oscuridad y responsabilizarte de tu oscuridad para darla luz e integrar Re-cordar a los que nos precedieron permite el orden sistémico que preserva las raíces del árbol y país del que venimos y prosperar en el Uno que somos todos los seres sobre la tierra. No os dejeís distraer. Avanzar a la rev-olución real y permitir la integración en vez la inclusión que solo suma división y olvido.
Une tu pasado a un futuro que contemple la esencia, sabiduría y mensaje de origen.
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