Cuando se anuncia la tormenta
los animales, las plantas
incluso las rocas saben.
Saben de modo instintivo
Saben porque sienten
Saben por vivas.
Es el corazón, el núcleo, su centro
su campo electromagnético
el mismo que el humano habita.
No ve una amenaza. Y es valiente.
No teme. Y no se engaña, ni se deja
Sale, se expone, a la intemperie.
Y es entonces, en total presencia
que atraviesa la tormenta, como un rayo, como un trueno, agua viva
Aviva, refresca la memoria
vence su batalla
por la humanidad.
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