...La milagrosa te recuerda que el milagro es permitirse ser un puente entre tu faceta humana y la divina. La alegoría del arquetipo de la Inmaculada, la unión interna, sagrada del principio femenino y masculino en cada ser. Nos habitan ambos principios generadores de vida; concebirnos internamente puros, conscientes, coherentes y luminosos…en conciencia cristalina, crística, búdica. Los símbolos de la gran madre, del divino femenino, cómplices de ese estado meditativo…codificados como el de una
de sus predecesora Isis: Barcas, mantos azules como el Num y sus estrellas del mar de la inexistencia. Abejas, lirios, rosas, coronas de estrellas, Virgo… señalando el sendero iniciático, la pureza desde la que ha de irlo atravesando el ser humano. Partimos desde el estado ego, supervivencia, separatividad hasta la conciencia de ser creadores de vida y realidad desde la Unidad, Amor y Mente superior.
[…]en ese tiempo boreal, bisagra…donde a veces como Cardea recorres hacia atrás el tiempo circular sobre las señales y pistas que ya caminaste vuelves a reconocerla y completarla en tiempo presente...
Relinkeo mi artículo de hace dos años y como el tiempo es esférico sigue vigente el guiño que me hicieron los guías...entre ese otoño visitando exposición Egipto, luego a la Inmaculada y seis meses después en un collar que compré a una amiga artista encontrarme su imagen en el cierre broche para completar parte de ese tiempo esférico...y hoy sentirlo y comprender más!
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