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EL AMOR ES MÁS FUERTE QUE EL TEMOR.


La observación de los estados emocionales es muy revelador, sentir la importancia del temple y medir los ritmos al alquimizar los elementos en el ciclo constructivo.

Anoche entramos en profunda meditación, reconecté con la Unidad Amor….luego, trás ese estado de paz profunda sentí el

desgarro del alma de la separatividad


cuando se hundió la Atlántida y todo fue separación…incluso entre los complementos divinos… tras ello una poderosa luz dorada volvió a reconectarme con mi esencia de la pureza del oro.


Los vínculos multidimensionales no dependen de los encuentros en 3D , aunque realmente cuando se eligen se disfrutan expansivos con gozo, calma y alegría en profundo desapego. Al experimentar y alquimizar intenciones similares en ondas informativas, lo que hubieran necesitado compartir en el encuentro físico ya ha sido antes compartido en planos superiores de conciencia.


Estos días hemos atravesado las magnificadas olas de cambio en la linea de tiempo de la Atlántida, el Antiguo Egipto… Azul y Dorado han estado muy presentes. Y hoy Domingo 15 se da una nueva ola en la que integrar los códigos de luz , el divino sagrado masculino y las iniciaciones de Rahotep el Egipcio.


Rahotep fue entrenado en templos iniciáticos del antigua Egipto. Al igual que Buda, al salir al mundo y experimentar las tribulaciones de estar en lo cotidiano de la vida de la materia …comprendió cómo su propósito de vida se cumpliría al dominar lo espiritual que reside en lo físico. En una de sus aventuras iniciáticas lo encierran en un sarcófago y lo hacen tres preguntas. Ha de dominar tres pruebas: el miedo, la angustia y la asfixia. Lo puede lograr desde el Mental y su cuerpo energético de luz para lograr aletargar su cuerpo físico mientras encuentra las respuestas junto con su complemento divino para salir del sarcófago.


Cuelgo al final un bello texto sobre esto…desde el cual crear una hermosa intención -meditación de cómo el dominio de lo espiritual reside en experimentar enraizar en lo físico y es en la unión del amor incondicional del sagrado masculino y el sagrado femenino, el yo soy, donde se logra esa poderosa vía de experimentar la espiritualización de la materia.


No hay nada por lo que luchar… es ilusorio todo lo alejado del Amor… acabamos de ser testigos de los atentados de Paris. Me enteré por las amistades y reflejé como ese dolor que se sentía era el propio dolor. Que las sombras de violencia tristeza, control y desamor de algunos hogares eran lo que tocaban su llanto aunque los fuegos fueran detonados y ardieran en Paris.


Aunque estemos en Kali Yuga, la Era de la Destrucción… esas lagrimas eternas contienen todas las Eras… Sin nombre… sólo Amor vs Temor. Sólo se puede alquimizar tras atravesar la tristeza por el dolor ajeno y la barbarie de la violencia, desinidentificandose del juicio, del no respeto y de no honrar a lo diferente. Son los coletazos de las hecatombes internas. No negando sino atravesando el dolor que el odio, la separatividad y la destrucción hacen rememorar y sentir.


Nuestro mayor enemigo es la separatividad y el dolor que están dentro, es el temor que hemos ocultado profundamente en el interior. Si ese temor puede ser sacado a nuestra consciencia, puede ser liberado con Amor Incondicional…el mundo externo no será un lugar peligroso, sino un reflejo de nuestro Ser. Solo podemos meditar sin pedir nada a cambio, al gran espíritu, al dios y la diosa, el Tao, Num…harán…darse cuenta que Somos Uno.


Feliz noche.


Swaranita 15 Noviembre 2015.



RAHOTEP Y SUS INICIACIONES


…. ¿Cómo iba a unificarme y arraigarme en el Mundo físico? Yo había aprendido a unificarme y rendirme al Mundo Espiritual, pero había habido muchos profesores para ayudarme. Ahora estaría solo. En la Senda Espiritual había habido un anhelo, un llamado del Hogar. Pero ahora me sentía compelido más por el deber que por el Amor y el anhelo; y sabía que debía abandonar el Templo. La vida había sido demasiado protegida, y mi tarea no podría completarse en ese ambiente. El Templo era solamente parcialmente físico; y consecuentemente, sólo parcialmente el lugar de mi propósito.


Supongo que podría haberme quedado allí, pero me habría tomado mucho más tiempo lograr mi tarea de arraigar mi Espíritu en la materia. Como dicen en lo físico: “El tiempo es esencial”. No sabía cuánto tiempo podría mantener mi compromiso con una Senda tan desafiante para mí. Inclusive en la Sagrada vibración del Templo, la baja vibración de la 3ª Dimensión tendía a distorsionar las visiones de mi Iniciación. Yo sabía que debía aprovechar la oportunidad de aventurarme al Mundo exterior mientras mis lecciones permanecían fuertemente en mi memoria: “Cuanto mayor el riesgo, mayor la victoria”. Y lo más importante, Yo tenía que seguir mis instrucciones internas.


“Tú no necesitas morir, Amado. Lo que necesitas hacer es corregir tu error. Encuentra cuando comenzaste a tomar tus decisiones a partir del temor, en lugar de a partir del Amor; y vuelve a entrar en la ilusión para cambiar tu intención”.


Sí, musité. ¿Cuándo olvidé el Amor? ¿Cuándo cambié mi intención?


En respuesta a mis pensamientos, mi Complemento Divino comenzó a cantar suavemente a mi corazón. Cantó canciones de Venus y de Arturo, nuestro Hogar antes de ir a Venus. Sí, Yo había olvidado a Arturo. Había olvidado la frecuencia del Amor Incondicional que era la emanación de esa realidad.


Comencé a sentir que mi consciencia se elevaba. Sentí a mi forma como Luz pura; y otra vez la atrapada forma física no era sino un recuerdo. Mi Complemento y Yo éramos uno de nuevo. Éramos completos y andróginos y viajábamos a las dimensiones superiores. Vimos bajo nosotros la Ciudad Cristalina de Venus, pero continuamos. Luego vimos ante nosotros un bello vórtice lleno de Luz violeta y dorada. El vórtice nos atrajo hacia él y estuvimos en el vacío profundo más allá del vórtice. Todo estaba en silencio, completa y dichosamente silencioso. Éramos una pequeña partícula de consciencia en un vacío de potencial sin desarrollar. En este vacío, no había emociones ni pensamientos. No había movimiento ni tiempo. Estábamos flotando eternamente libres en el vacío.


Luego, gradualmente, de la profundidad de nuestra consciencia llegó un pensamiento. El pensamiento fue seguido por un sonido; y luego por una chispa de Luz. La Luz se convirtió en una estrella; y la estrella se convirtió en Arturo. La estrella estaba muy lejos, profundamente dentro de la consciencia. Sentimos su Amor y permitimos que ese Amor actuara como un rayo que nos atraía cada vez más cerca de nuestro verdadero Hogar. La reunión con el Amor Incondicional fue tan intensa que pareció crear una explosión interna que nos expulsaba del vacío, más allá del vórtice, pasando por Venus y de regreso al antiguo Egipto. Grité angustiado pensando que había perdido a mi Complemento Divino, pero instantáneamente oí su consoladora voz.


“Estamos completos, amado. Estoy viva dentro de ti; y siempre te recordaré que recuerdes el Amor Incondicional”.


Tranquilizado, tomé un momento para encontrar en mi visión el sitio adonde había llegado. Enfoqué mi atención para aclarar mi percepción interna y vi al Rey parado ante mí. Él acababa de ofrecerme construir un Templo para que Yo fuera el Alto Sacerdote y líder espiritual de su reino. Fue en ese momento cuando sentí que las reacciones de temor llegaban a mi corazón y a mi mente; mis intenciones pasaron del Amor al temor. Lo que había perdido resonaba ahora profundamente dentro de mi consciencia. Tenía miedo, tenía miedo de mi propia corrupción.


A lo largo de todas mis enseñanzas e Iniciaciones, había habido un engrama, una creencia esencial, profundamente oculta en mi inconsciente. Decía: ‘La materia corrompe al Espíritu’. Yo temía que el reconocimiento y las riquezas me corrompieran. Este temor pasó inadvertido y se filtró en mi consciencia como un veneno. Cuando una vez había sentido Unidad con toda la vida, comencé a sentir separación y limitación. Llegué a estar separado de quienes construyeron el Templo y servían en él; y limitado en mi habilidad para ver a mi Yo mayor. Mi pensamiento se polarizó en bueno y malo, Luz y oscuridad.


Gradualmente, la comparación, la competencia, los celos, se convirtieron en una parte de mi vida mental, mientras el resentimiento y la ira llenaban mis emociones. Yo anhelaba la simple iluminación de mi vida en el desierto, donde me había sentido unificado con toda la vida y había permitido que el propósito de mi Alma se desplegará ante mí.


Fue la reunión con mi Complemento Divino y nuestro viaje al Hogar en Arturo, lo que me permitió retornar a ese momento crucial de mi Iniciación; y arrancar de raíz la causa de mi muerte. Luego entendí que esta visión era una visión previa de mi Misión Divina, un ensayo por medio del cual podría encontrar a mi enemigo oculto: ¡Mi temor oculto! ¿De dónde había llegado este engrama, esta creencia esencial, amarrada firmemente a mi consciencia con temor? Sabía que para sanarla tenía que encontrar la causa; así que miré retrospectivamente mi niñez.


Cuando Yo era un niño pequeño y aún estaba viviendo con mis padres, vi que ellos eran muy pobres. Mi padre tenía grandes dificultades para encontrar satisfacción en su vida. Había estudiado para ser escriba, pero carecía de la disciplina necesaria y frecuentemente se encontraba sin trabajo. Su matrimonio era con alguien de clase más baja, mi madre era de una familia de granjeros. Sin embargo, fueron su diligencia y habilidad para cultivar alimentos para la familia; incluso para vender en el mercado, las que proveyeron la única seguridad que teníamos. Como un niño pequeño, frecuentemente los oía discutir porque cuando mi padre tenía trabajo, tomaba el dinero y lo perdía jugando.


Cuando fui al Templo, pensé que me sentía culpable por abandonar a mi madre a su difícil vida. La verdad era que me sentía culpable porque me sentía feliz de abandonar un hogar con tantas peleas y con tan poco Amor.


Aprendí de mis padres que la carencia de comodidades materiales podía destruir la conexión espiritual de una relación. Imaginaba que mi madre era la que me había criado, la clase de madre que Yo quisiera que hubiera sido; y culpaba a mi padre por robarme esa madre. Yo creía que había sido su egoísmo y sus adicciones los que habían arruinado mis primeros años.


Cuando entré al Templo, rápidamente olvidé a mis padres y a mi infeliz niñez. En todos los años en el Templo nunca sané este dolor infantil, porque había ignorado la vida que estaba viviendo actualmente; y en cambio me enfocaba en mis vidas pasadas.


Consecuentemente, un lugar de debilidad comenzó a crecer en mi consciencia. Un lugar donde Yo había ocultado mi secreta niñez, que temía que a mi padre le importaba más el dinero que Yo. Este temor infantil se expandió luego hasta mi oculto temor adulto de que me importaran más el éxito y la adulación, que lo que me importaba mi Alma. Estos temores se unieron con mis pensamientos; y creció un poderoso engrama que, desde el inconsciente, moldeaba mi comportamiento y mi vida. Por causa de que el temor era inconsciente, era aún más fuerte, pues Yo no podía monitorearlo. El desafío de mi Iniciación era encontrar este enemigo oculto para que Yo pudiera desarmarlo con mi fuerza de Amor; pero Yo había olvidado el Amor Incondicional de mis Yoes Superiores y el poder que tenía este Amor. Gradualmente, me perdí en mis secretos temores de corrupción.


Mi Complemento Divino llegó hasta mí para recordarme que mi cuerpo físico, mi materia, era solamente la parte arraigada de mi Espíritu. Lo que Yo tenía que hacer para sanar mi vehículo terrenal, era conectarlo conscientemente con mi miríada de vehículos espirituales. Yo no era un Ser físico teniendo una experiencia espiritual. Yo era un Ser espiritual teniendo una experiencia física. Con ese conocimiento, pude recordar el Amor a mi vehículo terrenal, el Amor a mi madre, a mi padre; y lo más importante, el Amor a mi Espíritu.


Cuando Yo retornara para revivir mi visión, recordaría que Yo era un Ser Multidimensional. Esta vez mantendría el recuerdo de la comunicación con mi verdadero YO Multidimensional. Mantendría conexión continua con mi Yo de 6ª Dimensión en Arturo, mi Yo de quinta Dimensión en Venus; y con mi Complemento Divino.


Yo estaría anclado en la 3ª Dimensión mientras que mi Complemento estaba anclada en la 4ª Dimensión. Mientras Yo asumía la responsabilidad de las actividades diarias de la vida del Templo, ella dirigiría el flujo del Espíritu mientras arraigábamos nuestra vida venusina Penta-Dimensional en las fundaciones del Templo y lo bendecíamos con el Amor Incondicional de nuestra Fuente en Arturo. Con este alineamiento, el miedo no podría echar raíces en mi consciencia. Ahora Yo era consciente de mi temor; podría mantenerlo como un guardián que me recordara permanecer conectado con mi Yo, protegerme contra la corrupción y rodearme con Amor.


Oí la voz de mi Complemento Divino: “Permite que el Amor interior se encuentre con el Amor del exterior en una gozosa unión de Espíritu y Materia”.


Sonreí desde mi corazón. Sí, Yo admitiría su Amor en mi cuerpo físico. De esa manera, podríamos fusionarnos mientras Yo aún estaba en una forma tridimensional. Juntos gestaríamos, cuidaríamos y protegeríamos el Templo de mi visión, con Amor Incondicional. Mi Complemento Divino se mantendría cerca de mi corazón y mente, para recordarme que Yo era de mi YO mayor. Juntos podríamos trascender la separación y las limitaciones de la 3ª Dimensión. Ahora Yo estaba listo.


“Sí, iré contigo”, dije al Rey. “¡Construiremos un Templo para sanación e iluminación, para que todos los que entren puedan aprender que el Amor es más fuerte que el temor; y que el Espíritu está vivo en toda la materia!”


Como respuesta, oí que la tapa del sarcófago comenzaba a levantarse.






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