top of page

NO ESTAMOS PREPARADOS EVOLUTIVAMENTE PARA ESTE PROGRESO.


Uno de los focos de mi especialización en la experiencia somática como vía para transformar los efectos negativos del estrés son el movimiento y la nutrición natural. Ese foco de trabajo con los alimentos vivos, la cocina estacional es fruto de mi experiencia en multiespacios de ocio saludable, cocina sin fogones, ayurvédica, macrobiótica, vegetariana, así como mis conocimientos y estudio de las mismas, en especial el microbioma y alimentación funcional, a lo largo de décadas.


En otoño y primavera desde la perspectiva de la cocina natural buscamos desintoxicar el cuerpo, es muy interesante



en las semanas previas a esas estaciones depurar el organismo, de los excesos del verano y de los del invierno, respectivamente. Somos una sociedad contacto constante con elementos tóxicos y disruptores endocrinos presentes en el ambiente ( comida, agua, utensilios, contaminación ambiental, edificios y materiales insalubres, etc) …sustancias que afectan a nuestra salud.


Si llevamos más de 160 mil años en la tierra, nuestro sistema ontogenético se ha ido adaptando muy lentamente a esas condiciones que hemos ido incorporando en demasiado poco tiempo para nuestro reloj evolutivo como especie… Así tiene sentido biológico que no disponemos de capacidad de respuesta evolutiva a nivel fisiológico para los cambios que han ido suponiendo la nutrición, (agua, alimentos, aire…), la protección y seguridad, el movimiento y sedentarismo, desde la revolución industrial, ganadera y agrícola.


La evolución no ha podido prepararnos para nuestras propias creaciones. El organismo ante la presencia de este ambiente activa un mecanismo de protección celular que aumenta la producción y la actividad de los antioxidantes. El siguiente paso del cuerpo es hiperactivar el sistema inmune. Como defensa antioxidante interpreta desde un estado evolutivo desfasado que el "peligro" ha sido ocasionado, como era en la mayoría en aquellos tiempos, por algún "patógeno" y como respuesta a lo que leee como agresión ciertos tejidos se inflaman. Así el organismo perpetua entender que debe inhibir los mecanismos de limpieza antioxidantes para poder defenderse. Esto va provocando un aumento de la carga oxidativa al desbalancear el sistema inmunológico e irse creando un ambiente cada vez más tóxico y a largo plazo, por los mecanismos del cuerpo , un proceso inflamatorio crónico.


Más allá de la experiencia traumática, shocks emocionales de ciertos conflictos manifestados también tendrían influencia estos mecanismos de protección ante las toxinas ambientales incluidas las de la alimentación y pueden aparecer diversos síntomas como eccemas, alergias, Colón irritable, intestino permeable, procesos inflamatorios crónicos, etc


Una solución adaptativa inteligente sería revertir esos efectos haciendo creer al cuerpo que se encuentra en ese hábitat ancestral del que procede…no del artificial de los últimos 200 años, que para la vida evolutiva serían dos horas.


Mientras se de un bloqueo en los génes antioxidantes habrá que desintoxicar el cuerpo activando el sistema de limpieza para evitar ese mecanismo de la pérdida de la inmunoregulación y algunos de sus efectos.


En culturas nómadas no se consumían lácteos, ni cereales, semillas, ni legumbres ni frutos secos, pocas frutas , verduras y según el lugar y tipos de conservación poca carne y pescado. Así desde ese punto de vista en la alimentación más favorable según esta dicotomía entre evolución-involución , pese a que otras cocinas naturales lo recomiende, serían considerados antinutrientes por su efecto acidificante, inflamatorio y oxidativo.


Lo equilibrado, conociendo esta información es su consumo moderado. Si los genes antioxidantes están bloqueados podemos estimular la respuesta al ambiente con actividad antioxidante . Introducir superalimentos como el cacao, el aguacate, las nueces , la cebolla, el ajo , el puerro, las setas , un par de zumos, antioxidante y depurativo, semanales de apio, manzana, zanahoria, jengibre, remolacha. El propóleo, y especias como la cúrcuma.. con la cual los yoguis creamos la maravillosa leche dorada (aunque lleve lácteo). Ir incorporando bioflavonoides: frutas oscuras, perejil, apio, albahaca, hinojo , romero, tomillo, regaliz, canela, cúrcuma, jengibre, calabaza, zanahoria, calabacín...


Podemos volver a lo positivo de la vida natural , ser conscientes de que el estrés antiguamente era en momentos puntuales y en tiempo determinado (guerra, caza, enfermedad...).. Movernos más y al aire libre, sol suave, consumir alimentos, cosméticos, tejidos y productos de hogar orgánicos. Dejar que los pulmones respiren un aire más limpio. Recuperar la salud intestinal. Permitir que la piel respire y elimine toxinas, tomar baños de sal, saunas esporádicas y sudar para eliminar lo que los antitranspirantes impiden.


Vivir menos tecnología dos y empantallados, con más frecuencia en contacto con el aire limpio del bosque, montañas o del mar, vivir más acordes a los ciclos estacionales y sus alimentos… volver a ser un poco hombres y mujeres sabios.


Swaranita, 11 Febrero 2015.

0 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments

Couldn’t Load Comments
It looks like there was a technical problem. Try reconnecting or refreshing the page.
bottom of page