Experimentamos, vivimos, leemos, aprendemos, practicamos, estudiamos… cada vez avanzamos más en el camino de la conciencia. Sabemos más, pero no ponemos en practica lo aprendido a través de lo conocido o experimentado, volviendo a repetir los mismos errores una y otra vez. Andamos preocupados por lo de fuera, buscando fuera en vez de mirar en
nuestro interior. Así como cada uno percibe la vida, así el universo se lo refleja. Reflexionar sobre los programas del ego, patrones inercias y creencias; somos fruto de nuestra percepción y así la sufrimos y nos sentimos divididos, y lo proyectamos en los demás. Para la Fuente/ Gran Espíritu /Dios solo existen el lenguaje de la energía y de la mente y es a través nuestro que también observa el de la emoción.
Creamos nuestras vidas a través de nuestra energía, mente, emociones y sentimientos...
Hemos de estar libres de juicios, de ego, de estrechez de mente. Hemos de aprender a sentir nuestra energía, a abrir la mente conciencia, y a conectar con el cuerpo emocional y a creer de otra manera, para percibir de otra manera la realidad y cocrearla desde la luz que somos.
Ves la sombra, llevas luz con intención de cambiar y te perdonas y aceptas a ti mismo por tratarte mal. Si vivimos de un modo es porque nuestra energía refleja que sentimos, emocionamos, pensamos que debemos vivir así. Si vemos la vida con carencia así será la visión que nos refleje la realidad que hemos construido. La necesidad surge cuando uno se niega a si mismo. Eso que demandamos es justo eso que no nos estamos ofreciendo a nosotros mismos.
La abundancia es un estado del ser, una vibración. La abundancia es no necesitar nada porque tenemos la certeza de que eso ya es, ya esta en nosotros. No separatividad. Y así es, eso es ser abundante, no tener, sino Ser. Es compartir, “comunir”, ser red, tejer, tantra… Es sentir en todas las células que dar es recibir. Que no hay perdida en el dar porque el universo es un flujo constante, en el que no existe la carencia.
Es muy importante el merecer, el valorarse, darse valor y no estar dispuesto nunca a nada ni a nadie que nos de menos valor del que nosotros nos damos a nosotros mismos. Así aprendemos a amarnos poniendo el limite a quien no cuide y tome lo que entregamos como merecemos. De esa manera, dándonos valor todo lo externo hará de espejo y tomara ese valor de igual a igual.»
Swaranita, 11 Enero 2014.
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