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UNA PRIMAVERA PUEDE RETRASARSE, PERO NO INTERRUMPIRSE.


La vida es orgánica, es cambio dentro de ciclos que llegan hasta el final y con ello a una fase de reposo y a un nuevo movimiento.

Me dedico a facilitar procesos de cambio internamente en mi y en los demás.

La naturaleza humana es una danza entre la evitación de los cambios o aferrarse a lo inestable… Es natural sentirse inquietos ó seguros tanto ante el cambio como ante lo aparentemente inerte , el ser humano opta por naturaleza dirigirse hacia lo que desea y lo que necesita para existir y evitar lo que amenace su existencia.


Como descubrieron las tradiciones ancestrales desde el origen de los


tiempos el ser humano se aferra a lo que produce placer y evita lo que le produce dolor. Así el sufrimiento se instala tanto cuando no permitimos que suceda el cambio como cuando no permitimos que la vida se asiente en la estabilidad mínima necesaria para vivir.


Nada en la naturaleza es estático y nada en la naturaleza está siempre en movimiento… Hasta una piedra está quieta y tiene movimiento. Somos ritmos entre estaciones, entre espacios de quietud y silencio , entre estados anímicos, entre cada inhalación y exhalación, entre cada latido, entre cada parpadeo…


Aun así la tendencia del ser humano se expresa ante el cosmos como algo estático y lleno de pertenencia (mi cuerpo, mi vida, mis ideas y creencias, mis aficiones, mi trabajo, mis amigos, mi familia , mi pareja, mis estudios, mi casa,) con sensación lineal … o con sensación de ciclón sin nada sobre lo que asentarse.


La mayoría de seres humanos se apegan a la seguridad del momento siguiente. Hace unos 10 años a mis compañeros de tantra, les decía mucho la frase de “ahora a desapegarnos del desapego” . En la impermanencia de la vida…también estaría desapegarse del cambio que promulga el apego al cambio. Entramos en el terreno de lo extremo, de lo inconcluso si se desea vivir tanto en una vida sin cambios como una vida sin cierta estabilidad.


El ser humano es un sistema orgánico en constante interacción consigo mismo y con el entorno. Viene al mundo con una serie de necesidades mínimas a satisfacer para poder sobrevivir y quizás evolucionar. Cada organismo interactúa a través de su sistema propioceptor con el medio ambiente que le rodea y se auto regula para satisfacer sus necesidades básicas o evitar lo perjudicial hasta que concluye ese ciclo de experiencia y se concluye el asunto por el cual se puso en movimiento.


En el camino se pueden dar una serie de mecanismos inconscientes que bloqueen o repriman la acción. Todas esas estrategias pueden ser beneficiosas si se realizan en congruencia con nuestro instinto, intuición, emociones y sentimientos. Pero si se contemplaran como resistencias es cuando son reiterativas o impiden integrar aspectos de nuestra personalidad. Si la acción queda inhibida…un asunto queda inconcluso y eso afecta a nivel de célula (psique/cerebro/órgano). Esa inhibición de acción evita la vuelta a la homeostasis … se da una especie de cortocircuito ante tantas necesidades no satisfechas. Así toda interrupción en un lugar cualquiera del ciclo seguirá en loop dentro del individuo.


Se tiende orgánicamente a completar situaciones inconclusas para la satisfacción de unas necesidades. Más allá de la biología también es así desde un punto de vista gestáltico y de la psicología energética: las acciones incompletas , permanecen cristalizadas y bloqueadas … a nivel psíquico, cerebral y biológico… Una acción que no ha sido expresada es como un antiguo vinilo rayado…seguirá sonando la misma canción en desarmonía. Se produce una tensión que no ha sido reducida y antes o después …aunque pasen décadas el organismo buscará darla expresión a través de situaciones, circunstancias y vínculos repetitivos.


Es vital cerrar ciclos de un modo orgánico, sin detenerse en el ciclo de la experiencia . Nos encontramos continuamente en un proceso cíclico de identificación y satisfacción de nuestras necesidades vs evitación de lo que atente a nuestra supervivencia (fisiológica, psicológica y/o social) con el fin de encontrar el equilibrio y la auto regulación orgánica.


Un ser humano viviendo orgánicamente y en evolución es aquel que guarda un equilibrio consciente entre los ritmos naturales de responder ante los fenómenos del cambio y de la estabilidad en su vida. Cuando nos contemplamos como parte de los ciclos de la naturaleza experimentamos que todo está cambiando constantemente y a la vez sostenido por algo. La vida es cambio como la naturaleza, dentro de ciclos que llegan hasta el final y a un nuevo movimiento.»


Swaranita, 17 Marzo 2018.




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